La fascitis plantar es un problema degenerativo de las fibras de colágeno que conforman la planta del pie, de forma que pierden la resistencia y dejan de poder soportar el mismo peso.
Podríamos poner el ejemplo de la tela de un pantalón, en cuyo caso, las fibras de colágeno serían los hilos que la forman. Si los hilos se van desprendiendo la tela pierde consistencia y resistencia, haciéndola más fácil de romper.
¿Cuáles son los síntomas de la fascitis plantar?
El síntoma clásico y principal de la fascitis plantar es un punzante dolor en la zona del talón. Este dolor se vuelve más intenso tras períodos de descanso.
Es decir, que justo después de despertarse por la mañana suele ser muy doloroso, aunque según va poniéndose en movimiento la zona el dolor va disminuyendo.
¿Qué tratamiento tiene la fascitis plantar y cuál es el más efectivo?
Hoy en día existe una gran variedad de tratamientos efectivos para paliar los dolores de la fascitis plantar. No obstante, en todos ellos se suele aplicar un control de cargas mediante ejercicios en los que el paciente estimule las células para la creación de colágeno.
Este tratamiento en ocasiones es insuficiente y se necesita completar con otro tipo de tratamientos más intenso que regenere la zona plantar. Algunos de los tratamientos más utilizados son:
- Electrolisis percutánea
- Infiltraciones de plasma rico en plaquetas
- Infiltraciones de ácido hialurónico
- Proloterapia
- Microtenotomías por desbridamiento
- Fasciotomías como técnica quirúrgica
Ejercicios para la fascitis plantar: ¿cómo podemos paliar el dolor?
Uno de los ejercicios que además de paliar el dolor es reparativo es el siguiente: con una toalla dorsiflexionamos los dedos(flexionar los dedos queriendo llegar hasta la pantorrilla) y nos ponemos de puntillas en un segundo y bajamos en tres segundos. Así sucesivamente durante un rato.
Este ejercicio se ha presentado como uno de los más útiles para curar el problema de la fascitis plantar, aunque a largo plazo.
Otro de los ejercicios más comunes es darse masajes con pelotas, botellas congeladas y derivados. No obstante, este tipo de ejercicios únicamente sirve para disminuir el dolor y no para curar como el ejercicio anterior.
¿Cuánto tiempo dura una fascitis? Tiempo de curación
Una fasciopatía plantar es una patología que tarda bastante tiempo en curarse, ya que consiste en la reparación de la estructura de la planta del pie, que conlleva un período prolongado.
Los cambios clínicos en cuanto a pérdida completa del dolor y aumento de la resistencia, se empiezan a poder producir a partir de los tres meses. Aunque la curación completa no se llega a producir hasta, como mínimo, los 12 meses.
¿Cuál es el mejor antiinflamatorio para la fascitis plantar?
Al dejar de lado la idea de que una fascitis sea un problema inflamatorio, el tipo de antiinflamatorios que se recomiendan ha cambiado, ya que es un problema degenerativo.
En ese caso, lo más recomendable es simplemente utilizar el antiinflamatorio que utilicemos normalmente para otros problemas, ya que únicamente nos reducirá el dolor pero no tendrá repercusiones curativas como antiguamente se pensaba.
¿Se puede caminar con fascitis plantar? ¿Es recomendable el reposo total?
Una fascitis plantar varía en cada paciente en función de varios factores como la edad, el peso, la forma de caminar o el nivel de degradación del tejido. Teniendo eso en cuenta, el dolor en cada caso es diferente y, por tanto, la recomendación médica es que se camine todo lo que el dolor permita.
El sedentarismo o reposo total no es nada beneficioso para la curación de la patología, ya que todo lo que dejemos de caminar, será tiempo que añadamos a la rehabilitación posterior. Lo mejor es caminar hasta un punto en el que no nos levantemos al día siguiente con demasiado dolor o con irritación de la zona.
¿Cuál es el mejor calzado para llevar con esta patología?
La mejor opción de calzado para caminar cuando se padece una fascitis plantar son zapatillas con suelas rígidas, gordas y resistentes. Por ejemplo, las zapatillas para correr son perfectas.
Una recomendación es que no debemos caer en llevar zapatillas con suelas blandas demasiado “cómodas”, ya que aunque al principio tengamos una mayor sensación de comodidad y bienestar, al cabo de un rato el dolor será mucho más pronunciado.
Un consejo es la utilización de zapatillas con cierta elevación en el talón o un tacón de menos de 4 cm.