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La inflamación del talón de Aquiles, o también llamado tendinitis aquilea, se produce por que se hinca la zona fibrosa entre la pantorrilla y el talón (justo detrás del tobillo). Pero, ¿qué causas son las que lo inflaman? ¿Qué se puede hacer para evitar esta lesión? 

Causas de la inflamación del talón de Aquiles

Lo más habitual es que esta inflamación venga provocada por una sobrecarga o una tensión excesiva en la zona. En esta área el tejido puede sufrir cuando se realizan prácticas deportivas de alto impacto como correr o saltar. Especialmente cuando se corre durante mucho tiempo, o se hace en superficies inestables en las que hay muchas subidas y bajadas.

También es común que se produzca una inflamación del talón de aquiles cuando se practican deportes en los que hay numerosas paradas y arranques de actividad, como puede ser el baloncesto, por ejemplo. 

Otra causa de esta inflamación es por un mal movimiento al ponerse de puntillas o similar. Este tipo de acciones pueden influir negativamente en el tendón e inflamarse.

El calzado que se utiliza para realizar deporte es fundamental para evitar la inflamación del tendón de Aquiles. Es muy importante que se utilice calzado apropiado con el deporte que se va a practicar. Es la mejor manera de evitar lesiones o dolencias. Unas zapatillas demasiado rígidas son muchas veces la causa de este tipo de problemas. Las botas de esquí pueden provocar la inflamación del talón de aquiles precisamente por esta rigidez que no permite que la zona se pueda mover con normalidad ni tener la flexibilidad natural. 

Una mala preparación previa al deporte también es una causa de inflamación. En este sentido, un buen calentamiento antes y un estiramiento después son básicos para poder evitar la inflamación del talón de aquiles, y de otras muchas lesiones. Tan importante es preparar los músculos y tejidos antes de hacer deporte como estirarlos al finalizar. 

Detección y tratamiento

Los primeros síntomas suceden al levantarse por la mañana y apoyar el pie en el suelo. Aparece el dolor en la zona que aumenta cuando se anda, y más aún si se practica deporte. También percibe rigidez y mayor sensibilidad.

Es posible que “cuando se calienta” la zona se disipe el dolor, pero al parar y volver a la actividad, se puede, incluso, intensificar.

También aparece una fuerte sensación de calor, como hinchazón en la zona que molesta al mover el tobillo hacia arriba y hacia abajo. 

Para tratar la inflamación del talón de aquiles, el profesional tendrá que determinar cada caso en particular para establecer el grado de la lesión. pero los tratamientos más habituales son el reposo relativo y aplicación de hielo varias veces al día, y combinarlo con antiinflamatorios analgésicsos como el ibuprofeno. 

En algunos casos más graves se ha de inmovilizar el talón y mantenerlo en alto. Y también hay tratamientos con ultrasonidos que mejoran significativamente la lesión. Solo en contadas ocasiones se necesita cirugía, cuando el resto de tratamientos no da resultado. En cualquier caso, la prevención es básica.  

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