La metatarsalgia es la inflamación del metatarso. Es lo que popularmente se conoce
como “la bola del pie” ya que se ubica en una zona en la que el pie se apoya mucho.
Se asemeja a una pelota pequeña ya que se “gira” sobre ella porque es sobre la que
descansa el pie cuando se flexiona al andar o al ponernos de puntillas. Es por ello
que la metatarsalgia es una afección relativamente común en el pie.
Por qué es tan común la metatarsalgia
Esta inflamación es bastante habitual porque la zona del pie es la que más peso
soporta. El metatarso se ubica en la zona media de la planta del pie y el
nacimiento de los dedos. Justo en este punto en el que se soporta más peso al
andar, al correr, o al saltar. Es por ello que es una zona proclive a tener lesiones.
La inflamación se puede producir por un apoyo excesivo, por un mal movimiento a la
hora de practicar ejercicio, si se salta durante mucho tiempo, si se lleva calzado
de tacón y se permanece de pie largas jornadas, si no se corre con unas zapatillas
adecuadas, etc.
Cuando se produce la metatarsalgia aparece un dolor punzante en la zona que, a
priori, desaparece con reposo. Es decir, no es como una lesión que sigue doliendo
cuando se para la actividad.
Esta afección (siempre que no se cronifique o se convierta en una lesión mayor)
suele desaparecer con reposos. A veces, si el dolor es más agudo, aplicando hielo
o con movimientos y masajes suaves ayuda a que desaparezca. Únicamente habría
que preocuparse si el dolor persiste durante varios días, si se siente quemazón en la
zona o cuesta andar.
A pesar de no ser un problema grave, es incómodo, por lo que vamos a ver cómo se
puede evitar.
Prevenir la metatarsalgia
La metatarsalgia se puede prevenir. Sobre todo si no te dedicas al deporte a nivel
profesional. Y es que si practicas deportes de impacto donde haya que saltar
continuamente es posible que sea complicado evitar que puedas evitar la
inflamación del metatarso frecuentemente.
Pero si no, siguiendo los siguientes consejos conseguirás evitar que aparezca este
dolor.
● Mantén un peso adecuado para tu condición física.
● Calienta los pies cada vez que vayas a practicar deporte.
● Ten una vida activa en la que camines cada día y practiques deporte con
asiduidad.
● Utiliza un calzado cómodo y adecuado para el deporte que practiques.
● Si te ocurre a menudo, hazte un estudio de la pisada.
● Evita utilizar calzado con tacón muy alto durante muchas horas.
● Consulta con tu podólogo si tienes alguna lesión (neuroma de morton,
juanete, etc.).
● Si vas a entrenar más de lo habitual, incrementa la intensidad de manera
paulatina.
● Descansa bien si has tenido un gran esfuerzo durante una jornada
(caminatas por ejemplo).
● Puedes utilizar almohadillas adaptadas si sufres de metatarsalgia con
frecuencia.
● Evita ponerte de puntillas o saltar descalzo.
