El acortamiento de gemelos, también conocido como el síndrome de gemelos cortos es una alteración que afecta a la longitud del músculo que hay entre el gemelo y el tendón de Aquiles.
Las consecuencias del gemelo corto pueden derivar en diversas patologías. Las más comunes son la fascitis plantar, la tendinitis aquilea o metatarsalgia, entre otras.
Diagnóstico gemelos cortos
Existen diferentes pruebas para poder diagnosticar el síndrome de gemelos cortos. Generalmente la primera prueba que se realiza es la llamada prueba goniométrica. Consiste en una exploración detallada de la zona donde se valora la amplitud del movimiento de los tobillos. Dependiendo de esta, es fácil determinar si existe o no acortamiento de gemelos. La flexión dorsal del tobillo generalmente se encuentra entre 10º y 20º. De ser inferior, es probable que exista alteración en el gemelo.
Otra de las pruebas que se suele realizar es el test de silfverskiold. Se trata de una prueba que permite medir la movilidad del tobillo. El test se realiza en dos formas. En primer lugar, con la rodilla extendida. Si el tobillo no puede flexionarse correctamente es un indicio de gemelo corto. Posteriormente, se realiza con la rodilla flexionada. En este caso, si el resultado es que se puede flexionar, se diagnostica el acortamiento de gemelos.
El test de Lunge también permite diagnosticar la alteración en el gemelo. Como el resto de las pruebas su objetivo es medir la flexibilidad del tobillo. En este caso, la prueba se realiza colocando una cinta en la pared. Con el pie en el suelo y a cierta distancia de la pared se apoya la rodilla en la pared. El objetivo es apoyar la rodilla sin mover el talón del suelo. Para diagnosticar el acortamiento de gemelos la distancia del pie a la pared debe ser inferior a los diez centímetros.